dilluns, 6 de maig del 2013

Controla tus pensamientos para recuperar el equilibrio


                   SI EL FUTURO TE INQUIETA, EN LUGAR DE PREOCUPARTE ACTÚA


Nada está escrito y todo esta por hacer. Ante la incertidumbre, lo mejor es adoptar una actitud realista y activa. Sólo así conseguiremos vencer el temor por lo que tiene que venir.


Los pensamientos negativos son como callejones sin salida que nos impiden seguir adelante en nuestro camino. Para seguir avanzando, es preciso abrir una vía que nos libere del obstáculo y nos permita continuar. Lo conseguiremos si, en lugar de dejarnos llevar por el miedo, recuperamos la confianza y nos decidimos a actuar "la actividad es lo que hace feliz al hombre" aseguraba Goethe.

Apostar por el realismo optimista

A la hora de valorar un problema es importante ser objetivos, ya que, si damos rienda suelta a nuestra negatividad lo más probable es que la cuestión acabe adquiriendo una dimensión desmesurada. Es el tipico ejemplo de la persona que ante un contratiempo establece una cadena de pensamientos negativos como, por ejemplo, la siguiente: "Está lloviendo, seguro que el autobús viene con retraso, llegare tarde al trabajo, tendré una discusión con el encargado, mi jefe aprovechará para recordarme aquel error que tuve ayer, etc." El único hecho real de toda esta situación es que estaba lloviendo, el resto es pura invención. ¿vale la pena preocuparse tanto por sucesos que lo más probable es que nunca tendrán lugar? Por supuesto que no!

Además, pensar mucho las cosas no siempre es garantía de que vayan a salir mejor. En ocasiones la improvisación nos puede llevar al mejor de los aciertos, simplemente porque nos hemos relajado y hemos dejado fluir libremente las ideas sin ningún tipo de censura negativa.

Ver las cosas de otra manera

También hay que tener en cuenta que el exceso de actividad mental, además de restarnos energía, nos genera grandes dosis de estrés. Es necesario, liberar nuestra mente adoptando, en todo momento, una actitud proactiva.

  • Concédete una tregua. Para dejar de pensar siempre en lo mismo necesitas reprogramar tu cerebro. Una de las mejores formas de hacerlo es manteniéndote ocupado/a. Cualquier cosa vale, desde ver una película hasta hacer un pastel. Aunque las actividades creativas (pintura, manualidades, escultura...) al exigir mayor dedicación por tu parte y ofrecen mayores satisfacciones son las que resultan más eficaces. Hacer deporte y aprender cosas nuevas también puede ayudarte.
  • Cambia de perspectiva. Si contemplas los problemas siempre des del mismo punto de vista, nunca avanzarás ni encontrarás la solución. Es necesario por tanto, redireccionar el foco y ver las cosas de una forma distinta. Hablar con una persona de confianza y pedirle su opinión, es una buena forma de conseguirlo.
  • No quieras controlarlo todo. Hay que hacerse a la idea de que existen hechos en la vida que se nos escapan y que por muchas vueltas que les demos, nunca podremos solucionar. En lugar de obsesionarse lo que debes hacer es relajarte y dejar que todo vuelva a su cauce.